jueves, 19 de noviembre de 2009

El sol de los incas


El Sol de los Incas y la Cronología en el Sistema Calendárico.
Verificando los astrónomos Nazcas e Incas, que el año, como base de la cronología estaba ligado a la institución del calendario, en la necesidad de establecer una duración constante para el día solar, recurrieron a la existencia de un Sol ficticio que recorra la eclíptica, al mismo tiempo que el Sol verdadero, pasando al mismo tiempo que éste por el perigeo, que es el punto en que la Luna se halla más próxima a la Tierra, descubrieron que el movimiento de este Sol ficticio debería ser tal que el movimiento de su proyección sobre el ecuador sea uniforme. Este sería el denominado Sol medio y el tiempo referido a él es el tiempo medio que se divide en 24 horas, contado de 0 a 12 horas de la mañana y otras tantas de la tarde o noche.
El sistema calendárico, los ciclos agrícolas y la naturaleza, estaban reguladas por las estaciones, y éstas a su vez por las divinidades. Los movimientos señalados por los astrónomos en las estaciones adecuadas, de conformidad con el estudio de los astros, señalaban las épocas apropiadas para realizar las más importantes faenas agrícolas. De esta manera, los ciclos agrícolas determinaron la organización del calendario, en un sistema en que, desde la preparación de las tierras de cultivo, riego, siembra y cosecha estaban sujetas a un cronograma anual de trabajo, cuyas funciones, regidas a un orden
de distribución de labores, la relacionaron al mantenimiento de los sistemas hidráulicos, a los fines de un alto rendimiento agrícola, vinculados a los ciclos astronómicos, al conocimiento de los fenómenos atmosféricos y a la jerarquía de los meses que indicaban en el calendario los solsticios y equinoccios, fechas importantes que centraban las faenas agrícolas y daban inicio a las estaciones agrícolas adecuadas para la agricultura.
El dominio de la ciencia cosmogónica en los Nazcas e Incas, hizo posible organizar el calendario en torno a dos números sagrados: El 4 y el 12. Números claves de una astrología augural, que en base al conocimiento astronómico, y cronología, sistematizaron el cómputo del tiempo, asociándolo a sus prácticas mágico-religiosas y al ocultismo esotérico, geomántico. Al conocer la eclíptica y distinguir las posiciones relativas del Sol con respecto a la línea del horizonte meridional, se impuso la uniformidad de los períodos cronológicos en la denominación de las 4 fases del Sol en su jornada anual por la bóveda celeste, que determinaron las estaciones agrícolas y la jerarquía de los meses en los principales Rayáis o fiestas patronales de los jubileos reales celebrados en el INIT Rally (solsticio de invierno); Cholla Rally Quilla (equinoccio de primavera); Cápac INIT Rally (solsticio de verano), Pacha Pungí y Amoral (equinoccio de otoño). Intersección del ecuador con la eclíptica, dando una vuelta completa la trayectoria anual del Sol por la órbita eclíptica en un giro completo de 360º.
Al calcular el área del círculo estelar, armonizaron el círculo calendárico a partir de 4 cuadrantes para calcular el tiempo que necesitaba el Sol en su viaje desde su sitio más alto en los cielos (solsticio de verano, 21 al 22 de diciembre), y predecir el cambio de estaciones hasta el solsticio de invierno, que tiene efecto del 21 al 22 de junio, de vuelta a su punto de partida, ciclo astronómico de un año llamado Huata. Al observar que el Sol, en su aparente trayectoria solar camina a lo largo de todo el año entre los extremos ( norte – sur ), que le sirve de asiento para entrar a los equinoccios, el sistema astrológico y calendárico dio completa definición de cada segmento cronológico, al adaptar a particiones subdivisorias los cuatro cuadrantes del circulo estelar, subdividiéndolas en tres partes iguales, con la que obtuvieron tres meses para cada estación, en divisiones espacio-temporales, que en si mismo, visualiza los números 4 y 12, que multiplicados los cuatro cuadrantes por los tres meses de cada estación se obtiene los 12 meses del año.

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