jueves, 19 de noviembre de 2009


Hace miles de años, rodeados de innumerables peligros, el hombre luchaba por sobrevivir en un medio hostil, debía procurarse un lugar donde vivir y proteger a los suyos.
Ante él, la naturaleza desplegaba diversos y maravillosos fenómenos: lluvias torrenciales, erupciones volcánicas, terremotos, incendios…..pero ante ese panorama el hombre percibía cierto orden: los días y las noches que se sucedían.
El movimiento de los astros era más rápido que otros, y ciertos grupos de estrellas eran más notables por su brillo o por su aislamiento respecto a los otros.
Pero había algo que jerarquizaba al sol por sobre todos los otros cuerpos celestes: el sol era vital para la subsistencia del hombre.
La luna, los demás planetas y las estrellas, no eran indispensables como lo era el sol. Hoy sigue siendo nuestra estrella más admirada como lo era para los primeros hombres, y pareciera ser que cada día brilla más

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